El centro

Preguntas frecuentes

Con frecuencia las personas podemos sentirnos desbordadas, angustiadas, muy estresadas, tristes… recibiendo continuamente el mensaje de que no tenemos por qué tolerar ese malestar. Sin embargo, cada vez somos más los psicólogos que entendemos que cierto sufrimiento forma parte la vida y que incluso es una parte muy necesaria.  Y aunque no siempre que sufrimos significa que tengamos un trastorno psicológico, es imprescindible detectarlos, diagnosticarlos y tratarlos correctamente cuando aparecen.

Un trastorno psicológico supone la presencia de determinada sintomatología (cognitiva, emocional, conductual) que conlleva un intenso malestar y produce interferencia significativa en las distintas áreas de la vida del individuo (familiar, laboral, social, médica, etc.).

Sí. No solo los trastornos psicológicos merecen nuestra atención.  Todo tipo de problemas y acontecimientos negativos (pérdida de un ser querido, divorcio, malos resultados académicos/laborales, relaciones conflictivas, etc.) son susceptibles de generarnos un elevado malestar.  Aunque forman parte inseparable de la vida, para nosotros es clave saber gestionar este malestar de forma que no solo no nos frene o termine derivando en un trastorno psicológico, sino que nos ayude a adaptarnos y a incorporar nuevos y útiles aprendizajes.

Igualmente eres bienvenido. De hecho, puede ser una de las decisiones más inteligentes que tomes. Cada vez hay más personas que se benefician en muchos sentidos y áreas de su vida de desarrollar habilidades como la comunicación asertiva, la gestión emocional, la toma de decisiones, etc. No en vano, desde hace ya mucho tiempo la Organización Mundial de la Salud define el concepto de “salud” como algo más allá de la mera ausencia de afecciones o enfermedad, que abarca un estado de completo bienestar físico, mental y social. Invertir en uno mismo es invertir en salud.

Depende de cada caso. Lo habitual es que al comienzo del tratamiento las sesiones tengan una frecuencia semanal, si bien en casos muy complicados y urgentes puede ser necesario o conveniente aumentar la frecuencia a dos sesiones a la semana. Conforme se van alcanzando objetivos, las sesiones se espacian y tienen lugar cada 15 días o 1 vez al mes.

No hay ningún problema. Creemos que tú, mejor que nadie, eres capaz de ver cuándo un tratamiento te está aportando lo que necesitas y cuándo no. Cada persona tiene sus tiempos y sus momentos para el cambio y para nosotros es muy importante respetarlo. No obstante, siempre es adecuado hablar de esta decisión con el psicólogo para explorar todas las opciones y sacar el máximo beneficio hasta el último momento.

Es una de las formas de terapia más extendidas en la actualidad debido a que es la que más evidencia científica ha demostrado tener en el tratamiento de la mayoría de los problemas de orden psicológico.

La terapia cognitivo conductual se dirige a la modificación de los pensamientos, emociones y comportamientos desajustados que se sitúan en el origen y mantenimiento del malestar psicológico y las dificultades adaptativas o de funcionamiento cotidiano. En ella convergen la terapia de conducta y la terapia cognitiva, que resaltan la tesis de que tanto nuestros pensamientos como nuestros comportamientos tienen un efecto sobre nosotros mismos y también sobre los demás.

Ningún psicólogo puede prescribir medicación. El profesional adecuado para recetar psicofármacos es el psiquiatra, aunque en la práctica otro tipo de médicos como los de familia también lo hacen. En cualquier caso, si consideramos que el uso de psicofármacos es necesario o capaz de potenciar nuestra intervención, haremos una recomendación al respecto. Actuaremos de igual forma en caso de que ya los estés tomando y consideremos que estás preparado para reducir o eliminar su uso.